No se puede jugar así al fútbol. Es imposible hacer más de dos pases seguidos en una cancha de color amarronada, completamente húmeda, y llena de orificios y baches que representan una concatenación de trampas mortales para los inocentes tobillos. Ni pensar en ganar: jugar con 8 a las 9 de la mañana, con mitad del equipo embriagado y con arquero improvisado y rotativo, poco menos que equivale a sentarse con la cabeza gacha y los ojos vendados en el cadalzo, listo para ser degollados.
Por eso, este 2-3 tiene tintes heroicos. Porque se corrió como nunca y llegado un momento no se distinguía el blanco de las camisetas, de tanto aterrizar en el lodo que cubría la cancha 6. Porque la diferencia numérica nunca se notó. Porque mientras el Colombiano soñaba abrazadito a su oso de peluche tapado con una frazada hasta la cabeza, Cole volaba de palo a palo intentando evitar el señor cabezazo que significó el uno a cero. Porque Javito agarró la lanza dos veces, generando un GOLAZO (cualquier parecido con la vaselina de Ricardo Rojas es pura coincidencia) y una habilitación para el 2 a 1, parcial del Pollo. Porque, los dos goles que nos hicieron al final no empañan el titánico esfuerzo, del que mis gemelos me pasan factura en este momento.
Es un partido amistoso, ya se. Pero otra vez nos quedamos con las ganas de ganarle al equipo de Fede P., un asiduo lector de la página, al que ya no sabía como decirle que deje de llamar a casa para decirme que se jugaba el partido, que no se suspendía por lluvia.
Y uno piensa, que hubiese pasado si Javito se inspiraba una vez más, si entraba la del Pollo que pegó en el travesaño, si Chichi... Si Chichi nada, porque el sordo se ve que tuvo que salir nuevamente a repartir regalos disfrazados de Papa Noel como otrora.
Por eso, este 2-3 tiene tintes heroicos. Porque se corrió como nunca y llegado un momento no se distinguía el blanco de las camisetas, de tanto aterrizar en el lodo que cubría la cancha 6. Porque la diferencia numérica nunca se notó. Porque mientras el Colombiano soñaba abrazadito a su oso de peluche tapado con una frazada hasta la cabeza, Cole volaba de palo a palo intentando evitar el señor cabezazo que significó el uno a cero. Porque Javito agarró la lanza dos veces, generando un GOLAZO (cualquier parecido con la vaselina de Ricardo Rojas es pura coincidencia) y una habilitación para el 2 a 1, parcial del Pollo. Porque, los dos goles que nos hicieron al final no empañan el titánico esfuerzo, del que mis gemelos me pasan factura en este momento.
Es un partido amistoso, ya se. Pero otra vez nos quedamos con las ganas de ganarle al equipo de Fede P., un asiduo lector de la página, al que ya no sabía como decirle que deje de llamar a casa para decirme que se jugaba el partido, que no se suspendía por lluvia.
Y uno piensa, que hubiese pasado si Javito se inspiraba una vez más, si entraba la del Pollo que pegó en el travesaño, si Chichi... Si Chichi nada, porque el sordo se ve que tuvo que salir nuevamente a repartir regalos disfrazados de Papa Noel como otrora.
El resultado final no borra el esfuerzo de todo el equipo (sobre todo de Rami, el amigo de Tomi, que corrió hasta para sacar los laterales). Ni tampoco la buena imagen dejada indulta a un impresentable (leer 4 o 5 post mas abajo) que aburre con sus imitaciones al burrito Ortega. Lástima que emula al ídolo en sus actitudes fuera de la cancha y no dentro. Una pena, no cambia más.
PD: Es Ricardo Rojas, pero puede ser Javi. Gordo, que lástima que tu gol se haya visto opacado por cuestiones ajenas al fútbol. Gracias por la magia.
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