La página huele rancia. Y es verdad. Las actualizaciones se volvieron esporádicas y eso es algo que lamento. De todas formas, la circunstancia que impide el normal desarrollo del blog va llegando a su fin y mis dos dedos contusos van recuperando su fisonomía habitual (al menos es lo que deduzco con positivo anhelo al mirar el vendaje que recubre la bendita mano izquierda).
Me preocupa la vuelta. Temo secuelas. Me asusta volver a jugar y que no sea el mismo. ¿Se volverá a ver en alguna cancha mi característico enganche en velocidad enganche para desairear al defensor y entrar al área con pelota dominada?, ¿O mi incipiente carrera en el Winning Eleven se verá truncada y seré recordado sólo como promesa y/o como papá de Tomi? Sólo cuando sienta la suave textura del L1 a través de la respiración de la yema de mi índice izquierdo lo sabré.
Y también está la otra vuelta. La menos importante (?), es decir, la del fútbol real: el de las canchas poceadas y partidos en los que no ves un gol de afuera del área ni a palos. Esa la veía lejana hasta hace un tiempo (no tanto como la del Pollo), pero ahora va tomando color. De todas formas no me preocupa demasiado, porque los muchachos que están jugando lo están haciendo realmente bien.
Así es. Tres párrafos de tediosa introducción e inútil perorata para llegar a lo que todos están esperando: el parcial, poco profundo e incompleto análisis de un nuevo partido del apasionante de la UBA.
Nunca imaginé esa fría mañana de otoño en la acogedora (?) sede del CBC de Uriburu, cuando fiché a los 3 primeros neuquinos de esta aventura que hemos denominado en llamar Rocamora, que un día, varios años después, 8 de los 11 titulares serían de esa provincia.
Lo cierto es que pasó y Drigo, Turquito y Pablo salvaron el honor capitalino. No sólo fueron los únicos representantes de la ciudad que iba a estar buena con Mauricio, si no que fueron las figuras del equipo (?). Chascarrillos afuera, todo el equipo jugó en un gran nivel y por eso el 2 a 1 frente a Cuero y Vinilo fue justo, y tranquilamente podría haber sido mayor. Pero el "casigol" Frías, o mejor dicho el hombre-gol (porque mete 1 gol por campeonato), sigue furiosamente enemistado con el arco rival. Una lástima porque su esfuerzo es conmovedor y cambió humo por sudor. Cuando consiga esos cinco centavitos que le faltan para el peso... va a poder viajar en bondi y no depender del Pollo para que lo lleve a ciudad (?).
En, continuando con el horrible formato que ya se volvió una fija a la hora de comentar los partidos, estos fueron los hechos destacados de algún domingo pasado en el que Rocamora venció por la mínima y se acomodó de nuevo en la pelea:
-Se lesionó Peli. Más pendiente por si llegaba el tacho que lo llevara a la cancha, que por si lo desbordaban por su punta, se quiso hacer el Di María (?), pisó mal y tuvo que salir de la cancha con un esguince abrazado a su tobillo. La buena noticia es que físicamente es imposible que tarde en recuperarse el tiempo que tardó cuando se dobló el tobillo hace un par de años (unos 4 o 5 meses).
-La cantera de Rocamora es neuquina y es inagotable. Debut soñado para Franco, la nueva esperanza blanquiazul. Recupero y posterior gol, a pura garra, cuando el partido se había complicado debido a la inferioridad numérica, y bancando un trancazo asesino. Por todo eso, 6 de puntaje (?). Lo que es saber mover el mercado de pases.
-Hablando de mercados de pases, me gusta esta movida que armó la gente de Ciudad para comprar/vender (?) jugadores a mitad de año. Si dejan poner el precio de las entradas, por fin voy a poder decir que no extraño al PC Fútbol.
-Rocamora tiene amuleto y se llama Alejandro García. Tres jugados y 3 ganados es la infernal estadística del jugador más metrosexual de la lista y del que, cuando tenga las dos manos libres, me encargaré en este humilde blog.
-Muy mal desempeño de la improvisada zaga central. En realidad no jugaron tan mal, pero sepan que desde esta página voy a hacer todo lo posible para tirar al bombo a quien ose jugar en la cueva durante mi ausencia.
-Drigo arrancó la lanza casi al final del partido y comenzó a limpiar muñecos. Uno, dos, tres quedaron en el camino luego de una corrida a lo Bolt (?). Entró al área y todos nos ilusionamos con presenciar un gol histórico. ¿Cómo terminó la epopéyica incursión ofensiva del hombre más expulsado de la UBA? Con un centrito a nadie, que diluyó la jugada de tal modo que no cuenta ni como llegada para el "resultado moral" de minuto 90.
-Argentina tiene un mago de la talla de H. Potter. No sé el nombre, pero en sus ratos libres se dedica a arbitrar. ¿Alguien me explica cómo hizo para hacer desaparecer 9 minutos en dos jugadas? Genio (?).
Al fin termino esta nota, después de no se cuanto. Lo único que tengo para decir es que el domingo tenemos un partido durísimo, pero no me digan que lo ganamos, no me digan que nos prendemos en la pelea y no me digan.... el paragua, agua, agua, eh, eh, eh (?).
Me preocupa la vuelta. Temo secuelas. Me asusta volver a jugar y que no sea el mismo. ¿Se volverá a ver en alguna cancha mi característico enganche en velocidad enganche para desairear al defensor y entrar al área con pelota dominada?, ¿O mi incipiente carrera en el Winning Eleven se verá truncada y seré recordado sólo como promesa y/o como papá de Tomi? Sólo cuando sienta la suave textura del L1 a través de la respiración de la yema de mi índice izquierdo lo sabré.
Y también está la otra vuelta. La menos importante (?), es decir, la del fútbol real: el de las canchas poceadas y partidos en los que no ves un gol de afuera del área ni a palos. Esa la veía lejana hasta hace un tiempo (no tanto como la del Pollo), pero ahora va tomando color. De todas formas no me preocupa demasiado, porque los muchachos que están jugando lo están haciendo realmente bien.
Así es. Tres párrafos de tediosa introducción e inútil perorata para llegar a lo que todos están esperando: el parcial, poco profundo e incompleto análisis de un nuevo partido del apasionante de la UBA.
Nunca imaginé esa fría mañana de otoño en la acogedora (?) sede del CBC de Uriburu, cuando fiché a los 3 primeros neuquinos de esta aventura que hemos denominado en llamar Rocamora, que un día, varios años después, 8 de los 11 titulares serían de esa provincia.
Lo cierto es que pasó y Drigo, Turquito y Pablo salvaron el honor capitalino. No sólo fueron los únicos representantes de la ciudad que iba a estar buena con Mauricio, si no que fueron las figuras del equipo (?). Chascarrillos afuera, todo el equipo jugó en un gran nivel y por eso el 2 a 1 frente a Cuero y Vinilo fue justo, y tranquilamente podría haber sido mayor. Pero el "casigol" Frías, o mejor dicho el hombre-gol (porque mete 1 gol por campeonato), sigue furiosamente enemistado con el arco rival. Una lástima porque su esfuerzo es conmovedor y cambió humo por sudor. Cuando consiga esos cinco centavitos que le faltan para el peso... va a poder viajar en bondi y no depender del Pollo para que lo lleve a ciudad (?).
En, continuando con el horrible formato que ya se volvió una fija a la hora de comentar los partidos, estos fueron los hechos destacados de algún domingo pasado en el que Rocamora venció por la mínima y se acomodó de nuevo en la pelea:
-Se lesionó Peli. Más pendiente por si llegaba el tacho que lo llevara a la cancha, que por si lo desbordaban por su punta, se quiso hacer el Di María (?), pisó mal y tuvo que salir de la cancha con un esguince abrazado a su tobillo. La buena noticia es que físicamente es imposible que tarde en recuperarse el tiempo que tardó cuando se dobló el tobillo hace un par de años (unos 4 o 5 meses).
-La cantera de Rocamora es neuquina y es inagotable. Debut soñado para Franco, la nueva esperanza blanquiazul. Recupero y posterior gol, a pura garra, cuando el partido se había complicado debido a la inferioridad numérica, y bancando un trancazo asesino. Por todo eso, 6 de puntaje (?). Lo que es saber mover el mercado de pases.
-Hablando de mercados de pases, me gusta esta movida que armó la gente de Ciudad para comprar/vender (?) jugadores a mitad de año. Si dejan poner el precio de las entradas, por fin voy a poder decir que no extraño al PC Fútbol.
-Rocamora tiene amuleto y se llama Alejandro García. Tres jugados y 3 ganados es la infernal estadística del jugador más metrosexual de la lista y del que, cuando tenga las dos manos libres, me encargaré en este humilde blog.
-Muy mal desempeño de la improvisada zaga central. En realidad no jugaron tan mal, pero sepan que desde esta página voy a hacer todo lo posible para tirar al bombo a quien ose jugar en la cueva durante mi ausencia.
-Drigo arrancó la lanza casi al final del partido y comenzó a limpiar muñecos. Uno, dos, tres quedaron en el camino luego de una corrida a lo Bolt (?). Entró al área y todos nos ilusionamos con presenciar un gol histórico. ¿Cómo terminó la epopéyica incursión ofensiva del hombre más expulsado de la UBA? Con un centrito a nadie, que diluyó la jugada de tal modo que no cuenta ni como llegada para el "resultado moral" de minuto 90.
-Argentina tiene un mago de la talla de H. Potter. No sé el nombre, pero en sus ratos libres se dedica a arbitrar. ¿Alguien me explica cómo hizo para hacer desaparecer 9 minutos en dos jugadas? Genio (?).
Al fin termino esta nota, después de no se cuanto. Lo único que tengo para decir es que el domingo tenemos un partido durísimo, pero no me digan que lo ganamos, no me digan que nos prendemos en la pelea y no me digan.... el paragua, agua, agua, eh, eh, eh (?).
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