martes, noviembre 04, 2008

Gracias por tanto, Pablo

"Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaadentroooooooooooooooooooo (?)"


El martes pasado lo ví en la Plaza. La pileta de la plaza del Museo de Bellas Artes rebalsaba por culpa de un caño roto. Lo llamé a un costado. "Vení, Pablito", le dije. "Vení y aprendé lo que es un desborde (?)". Estuve cruel, lo reconozco. Más allá de las falencias que se le pueden achacar, Pablito, hasta ese momento, no había tenido un mal campeonato. Todo lo contrario. El tiempo olvida esos dos o tres encuentros descollantes que tuvo a comienzo de año, mientras Braca purgaba injustamente su suspensión.
De todas formas tenía una cuenta pendiente. Y el lo sabía. Su déficit goleador era demasiado grande como para maquillarlo con un par de gambetas y otras tantas asistencias. Un par de goles en casi veinte partidos es poco para un delantero con pretenciones de gran jugador. Lo suyo ya parecía más que una racha. Ni siquiera la impecable victoria en Pinamar, la tarde en la que se empomó uno por uno a todos los rugbiers de zona norte a pura puntería, le había dado la confianza necesaria para terminar con su karma. No había caso. El arco, a la hora de definir, se volvía del tamaño de los conocimientos del reglamento del fútbol que tiene Tom Hanks (?). No era raro entonces que los oportunistas de siempre hiceran leña del tronc... digo del árbol caído y que los apodos maliciosos se propagaran con rapidez: pecho frías, casi-gol, etc.

Pero el Tecla tuvo revancha. Y cómo. Les cerró bien el orto a todos los putos que lo criticaban. Les pido perdón por el léxico incorrecto y mi proclividad a las malas palabras. Lo que pasa es que me desborda la emoción. Esa es la explicación de mi incontinencia verbal.

Pablo Frías. Tres goles. No uno. Tampoco dos. Tres. Sí, si, estás leyendo bien. ¡¡¡3 goles!!! Una ráfaga de oportunismo. Veinte minutos le bastaron para mandar a guardar todo lo que le pasó cerca. Arrasó, fulminó, devastó. Que fueron en un clásico y que sirvieron para pisar a Pura Ft2, condimentan un poquito más la gesta. Pero lo destacable. Lo verdaderamente destacable no fue la circunstancia de las anotaciones, sino la cantidad.

3 goles de Pablo.

Le pido disculpas al lector si esperaba encontrar algún comentario del partido contra Pura Ft2. Tendrá que esperar un día más. Hoy todos los laureles se los lleva este señor y su hat-trick.

Sin temor a equivocarme: el mejor partido que jugó y que jugará en su vida Pablo Frías.


El merecido homenaje para él.



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