viernes, febrero 23, 2007
El último regate del tecla
Alguna vez fue tildado de indisciplinado. Otras tantas veces de inconstante. Varios osaron incluso afirmar que el fútbol, deporte pasión de multitudes, no era de su agrado.
Él, con el correr de los años, supo aprender a convivir con esa cascada de murmullos. Su humanidad creó una capa impermeable a las críticas y a los insultos. Desde afuera asemeja la figura de un héroe griego inmune a los obstáculos que se le crucen en el sendero de la vida.
Sin embargo, en su fuero íntimo, el sabe que está en deuda. Sabe que con su mediocridad no conforma a la horda de chiquilines que lo admiran (?), que lo imitan, que lo idolatran. Hasta un gris observador sería un necio si negara la impronta de nuestro personaje a la hora de marcar tendencia al momento de vestirse: miles de jóvenes hoy tapan su cuero cabelludo con el inconfundible gorrito de lana que lo acompaña a todo evento social.
Y el hace lo que puede. Cuando parece que está revolcándose en el lodo, sumido en la oscuridad, incapaz de levantarse, saca un conejo de la galera, y regala magia y emociones por doquier. Como aquel gol de media vuelta en la cancha 2, que le aflojó las rodillas hasta a los más duros.
Y cuando parece que por fin se reconcilia con el camino del éxito, vuelve a caer. La ilusión desaparece. La frustración toma por asalto su lugar. El laberinto de Borges renace. El tambalenate andar por la cornisa se hace una constante.
Hoy el tecla Frías (si, de quien otro puedo estar hablando, si no), se bajó del amistoso de mañana al priorizar las luces y el dulce elixir de su otra inefable amistad: la noche.
Otra vez sucumbe. Otra vez decepciona. Todavía tiene crédito, porque los ídolos (?) siempre lo tienen (llámese Ortega, Houseman o Corbatta). Pero actitudes como estas le dan de comer a los que hacen dinero y se regocijan propagando aquello de que "al tecla no le gusta el fútbol".
El tecla está jugando el partido más difícil. El partido de su vida. De él depende sacarlo adelante o perderlo por goleada.
ÚLTIMO MOMENTO: La historia da un vuelco fundamental (?). El tecla consiguió auto para volverse de la fiesta y confirmó su presencia para el debut. La luz de la esperranza se vuelve a prender. Te queremos ver volar, tecla. De una vez por todas y para siempre.
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