7 minutos (?). Eso fue lo que tardó en venirse abajo toda la estructura defensiva de Barrilete Cósmico. En ese lapso, dos golazos alcanzaron para liquidar un partido a priori cerrado. Drigo, confirmando su alocado romance con la red, y el Pollo, demostrando que no pierde su instinto asesino a pesar de los años, sentenciaron un 2 a 0 incuestionable.
Pero para eso, fueron necesarias dos asistencias de lujo: la primera, un desborde sensacional por la punta izquierda de Peli, con pelota pegada al pie zurdo, y guapeada y todo para recuperar un balón que parecía perdido, que terminó con ese centro atrás europeo para la entrada franca del 5 (?).
La segunda, en cambio, del otro tripero neuquino; del que le sabe pegar con derecha; del Peli diestro. Tomi sacó un centro de derecha teledirigido a la frente del "Emperador" del gol. Yo lo vi desde el fondo y en seguida me di vuelta para festejar, y al lado mío lo vi a... Tomi!!
La duda, entonces, que se me planteó hasta el entretiempo fue: ¿Corre tanto este muchacho como para tirar un centro casi desde el corner y volver al centro del campo en 2 segundos? Si me huebisen dicho que sí, francamente me hubiese sorprendido y mucho. La verdadera respuesta, sin embargo... me sorprendió mucho más!
Pero para eso, fueron necesarias dos asistencias de lujo: la primera, un desborde sensacional por la punta izquierda de Peli, con pelota pegada al pie zurdo, y guapeada y todo para recuperar un balón que parecía perdido, que terminó con ese centro atrás europeo para la entrada franca del 5 (?).
La segunda, en cambio, del otro tripero neuquino; del que le sabe pegar con derecha; del Peli diestro. Tomi sacó un centro de derecha teledirigido a la frente del "Emperador" del gol. Yo lo vi desde el fondo y en seguida me di vuelta para festejar, y al lado mío lo vi a... Tomi!!
La duda, entonces, que se me planteó hasta el entretiempo fue: ¿Corre tanto este muchacho como para tirar un centro casi desde el corner y volver al centro del campo en 2 segundos? Si me huebisen dicho que sí, francamente me hubiese sorprendido y mucho. La verdadera respuesta, sin embargo... me sorprendió mucho más!
Quien había impulsado esa pelota, no había sido otro que el pie derecho de Peli. Si, el derecho, el mogólico, ese que decían que no le servía ni para apoyarse al atarse los cordones. Ese mismo sacó ese terrible centro.
Capaz fue un hecho único e irrepetible. Quién sabe. Yo no creo en las brujas. Pero que las hay, las hay.
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