Para ser más fieles con la realidad, no estuvo Batman propiamente dicho, si no un desprolijo, ebrio y tercermundista Bruno Díaz, que apenas tuvo tiempo para dejar el traje de superhéroe con el que seguramente intentó alguna tropelía la noche del viernes y calzarse un más deportivo buzo de DT. De más está decir que las indicaciones estuvieron a la altura del calamitoso estado del circunstancial entrenador, al que a esta latitud de la nota es innecesario nombrar (extiendo un manto de piedad para que el equipo no pierda prestigio). "¡¡Peli te amo!!" o "¡El árbitro tiene mejor físico que el resto de los jugadores (?)!", fueron algunos de los alaridos que se escucharon en pleno pertido y causar vergüenza ajena a más de uno.
No conforme con eso, el DT más borracho del mundo (el Tolo Gallego y Alfio Basile eran monjes budistas al lado de este muchacho), espetó al Zurdo por esbozar una leve mueca en el momento en que el 11 inicial era nombrado y hasta el apodo más simple era pronunciado con torpeza. "Zurdo, de qué carajo te reís", exclamó el hombre nacido en Ciudad Gótica (?), con visible furia.
Para terminar, regaló una frase con su sello. Emocionado como nunca por el jogo bonito desplegado en la segunda mitad, afirmó: "Yo de acá soy el que se va más feliz, y eso que no jugué". En realidad, no hay nada de que sorprenderse: dame a mi la mitad del alcohol que tenía encima el hombre murciélago y soy feliz hasta perdiendo 4 a 0 (?).
(Con razón te buscaste un disfraz con máscara. Mamita, que caripela...)
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