Después de un enero en el que la noticia más trascendente fue un par de patadas por arriba de los palos, el mes más corto del año nos desayunó con una bomba que hizo temblar los cimientos de los pabellones 2 y 3 de Ciudad Universitaria (?): El Colombiano, el mismísimo golero (como dice mi portero yorugua) de las mil y una historias, está analizando en estas horas una jugosa oferta laboral en su tierra natal.
Como se ve, el éxodo de jugadores ha alcanzado límites insospechados. Ya no son sólo los equipos grandes los que sufren las partidas de sus cracks, sino también los cuadros de medio pelo y ahora, los equipos amateurs de la liga universitaria (?). Un trabajo estable y un sueldo de unos cuantos dólares bastan para hacer tambalear cualquier aspiración deportiva a mediano o largo plazo.
"En estos momentos las posibilidades son de un 50 y 50", anunció el tocayo del famoso conductor televisivo, al tiempo que especulaba que la fecha de vencimiento para su decisión data para mayo/junio. La dirigencia, mientras tanto salió rauda en la búsqueda de un sucesor para el arco más grande de la categoría A (???) y ya se barajan un par de nombres, aunque el plan A es intentar convencer al 1 para que no abandone la tierra del dulce de leche.
¿Cambiará el Patrón a su querido Almagro por el caluroso Cali? ¿Trocará las áridas y duras canchas de la UBA por los campos de pastos largos y humedad insoportable de las tierras de Rincón y cía.? ¿Largará el mate para deleitarse con unas líneas... digo con un café?
Esto recién comienza.
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