miércoles, octubre 11, 2006

Hay cancerbero (?) para rato

¿Se puede decir que la actuación del Colombiano el domingo fue la mejor en lo que va del torneo? En realidad, me acuerdo de cómo atajó los últimos partidos nada más. Pero un par de jugadas controvertidas lo habían puesto en la picota. Y el periodismo, se sabe, no duda en hacer leña del árbol caído.

Pero, el Patrón, surgido de la escuela de los grandes guardametas cafeteros (Córdoba, Higuita, Mondragón) se reivindicó el domingo demostrando que su cualidad principal es la misma que tienen los otros 10 que juegan y el equipo en su conjunto: la irregularidad.

Una volada desviando la pelota por arriba del travesaño y un mano a mano tremendo (braca, teléfono) le alcanzaron para elaborar un buena performance. No tuvo nada que hacer en el gol del primer tiempo. Ya se que en realidad el empate parcial fue en la segunda etapa, pero yo me refiero al tanto que le convirtió el desaforado hincha de River, que fue festejado con una loca carrera hasta el banderín del corner.

Pero nuestro 1 no dio la nota el domingo por su buen par de tapadas, si no por su marca registrada: sorprender con desapariciones/apariciones que escapan de toda lógica. A sus 7 números de teléfono fijos en los que se lo puede llegar a ubicar, ahora habrá que sumarle uno más, porque nuestro amigo se vuelve a mudar en breve. También fue particular su llamada a las 12 del mediodía para comunicarme que se había quedado dormido y no iba a poder llegar a las 11:30. El incidente no pasó a mayores porque la hora indicada era exactamente 60 minutos después.

El broche de oro, igual, fue su inédita llegada a casa, en un auto con vidrios polarizados que sospechosamente se estacionó una cuadra más adelante imposibilitándole a los pasajeros del cole-movil evacuar la duda respecto de la identidad de la/el conductor/a y dandole un halo "cartelesco" al momento. Colombia aclaró un poco la situación (dijo que era su novia), pero quedaron dudas y además vende más la historia de un colombiano mafioso amigo de los secuaces de Pablo Escobar que la de un caribeño romántico.

Afortunadamente, un inefable paparazzi consiguió una toma del momento único en el que el golero se baja del automovil. Todo lo que no dice esta foto, pero se desprende de ella, queda librado a tu imaginación.



PD: Disculpen la poca fecuencia de la publicación, pero tengo una semana complicada. El viernes vuelve todo a la normalidad (?).

PD2: Mirá la TABLA DE POSICIONES DE LA B y tocate.

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