A los 30 minutos del primer tiempo tuve un Dejavu. Lo vi al Pájaro Frías recibir la pelota de espaldas, abrir las piernas para dejar pasar la pelota y dejar desairado al defensor que lo había ido a cortar en mitad de cancha y empezar a volar. Si señores, no corría, volaba. Tiró la pelota larga, y cuando parecía que lo cortaban, la tiró más larga aún, para dejar desairado al líbero también. A la velocidad de la luz llegó al fondo, en una jugada que despilfarró técnica y velocidad en cantidades ideales. Fue igual al desborde contra Preguntale a tu novia, un par de fechas atrás, aunque con una sutil diferencia: El Pollo no la pudo empujar adentro, en cambió el "todoterreno de Areco" no perdonó.
Con esa obra maestra se abrió un partido que era duro en los papeles y más lo fue dentro de la cancha. Era una final y se jugó como tal. Bolilla fue al frente como loco y llenó al área de centros, ayudado por el siempre polémico árbitro que se parece a Tom Hanks, que sancionaba infracción al menor soplo.
Y allí surgieron las otras figuras del partido para aguantar los embates y obtener 3 puntos que valen oro, plata y bronce a la vez, porque perdió Futbol y Tenis Club y Rocamora, promediando el torneo, quedó sólo en la punta como no sucedía desde hace varios años: Colombia, revolcándose por toda la cancha 2 y sacando hasta las que se iban a fuera, Braca cabeceando lo que viniera y Juampi que hizo...bah, ¿¡Qué no hizo!? El segundo tiempo del capitán fue un monólogo de aciertos que por momentos me hizo pensar que estaba jugando él sólo contra todos. Rechazaba, robaba, hacía los laterales, los saques de arco, los tiros libres, generaba faltas, salía jugando, gambeteaba. Sólo le faltaba el gol para cerrar un partido de 10 puntos... y lo hizo con un cabezazo de pique al suelo luego de una brillante cesión de Peli.
El 2 a 0, el peor resultado según los especialistas (aunque yo creo que peor es perder por 3 goles), casi se convierte en un empate polémico en la última jugada del partido. Tom Hanks no dudó y cobró una falta en ataque, que levantó la temperatura de la tarde y que hizo que el triunfo se disfrute aún más.
Faltan 10 fechas para el final del torneo. Una vida. Pero la ilusión del ascenso, y por qué no del campeonato, está intacta. A disfrutar, hasta próximo aviso, la soledad de la punta.
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