La semana pasada entré a la página de la UBA y me conmoví (?) con una triste noticia que rápidamente intenté reprimir, pero que, a una semana del suceso trágico, tengo que comentar para hacer catarsis.
Desapareció Fumateam. Sí, la largo así como viene, a lo bruto y sin sutilezas. Seguramente te impactó tanto como a mí (?). Aquél rejuntado de 11 tipos, sin patrón de juego y sin jugadores desequilibrantes que, a la vez ponían menos huevo que los mamíferos, es historia.
La fría letra del reglamento, aquella que establece que dos WO a lo largo de una temporada se penalizan con la desafiliación, se aplicó con todo su rigor. Así como perecieron en su oportunidad grandes equipos, históricos y ganadores, por no alcanzar en un par de cotejos el mínimo de 7 jugadores para presentarse en el terreno de juego, no se materializaron en el caso de Fumateam elementos que hiciesen viable la configuración de una excepción a la regla.
Se retira Fumateam entonces (al menos momentaneamente) del fútbol universitario. Se va también parte de la historia gloriosa de Rocamora: la del 4 a 0 en el primer clásico con un hattrick inolvidable del Pollo, la de la goleada más abultada del club (9 de diferencia) aquella noche lluviosa de entre semana en el primer partido de la cancha 5, la del gol del huevo, que a medida que pasan los años los testigos afirman que pateó de cada vez más lejos (especialistas afirman que para el 2010, la creencia generalizada va a ser que el remate partió del embarcadero de Cuba Nuñez). Muchos lindos momentos vividos a costa de un clásico que en el desarrollo y en el resultado final nunca fue tal.
Se va Fumateam por dos no presentaciones (una de ellas muy graciosa: arribaron al terreno de juego 15 minutos después de la hora indicada y el equipo rival pidió los puntos). Una baja sensible (?), animador de torneos (?), que seguramente se lo extrañará (?). Ya no habrá oportunidad de ver al 5 paseando por Santa Fé en botines y con la camiseta puesta hablando solo. Ya no habrán 3 puntos asegurados por campeonato (aunque esto ya se había cortado desde su estancamiento en la C ). Ya no habrá posibilidad de escuchar los gritos histéricos del 9 festejando un gol. Ya no habrá bravuconadas ni gastadas por un ascenso fallido en el bar de la uba. Ya no habrá partidos arreglados con Indio Bob, asado de por medio, para intentar un ascenso que ya era casi imposible.
Desaparece un clásico: no era un equipo de habilidosos, pero siempre tenían un caño (?) a mano.
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