martes, octubre 02, 2007

Romperredes



El partido del domingo, además de ser vital para mantener la punta en soledad, tenía un condimento especial: se enfrentaban, cara a cara, o mejor dicho mano a mano (?) los dos goleadores de la categoría B. El Pollo, pichichi histórico del equipo y de la categoría, se relojeaba desde la otra área, con un tal Gilardoni (Gilardino para los amigos (?) ) del que lo único que se conocía era la carta de presentación que constaba en los registros del torneo: 10 goles en casi tantos partidos. El casi 1 gol por partido de promedio que ostentaban ambos centrodelanteros auguraban un partido con emociones al por mayor, además de poner en juego el cetro de capocanioneri del torneo.



Pero la paridad que se estimaba entre ambos quedó en los papeles. El pollo, sencillamente lo arrasó: tres golazos, con definiciones para todos los gustos (el último fue como para cerrar Ciudad Universitaria -que dicho sea de paso, ya hubiese tenido que ser cerrada luego del tanto de turquito-) y un pase gol de emboquillada. Intratable, incontrolable, desmoralizador para la defensa, despiadado, el Pollo anotó su segundo hattrik del torneo y goleó en el duelo personal. ¿Gilardino? Si Braca no confirmaba que era el de la remera del Arsenal (en el segundo tiempo se chamuyó a un suplente de Bouba), hubiesemos supuesto que se había ausentado por lesión. Engullido por una defensa que no recibe goles desde hace 4 partidos poco pudo hacer para revalidar su cinturón. Una paupérrima actuación, que sólo fue justificada por un lamentable "y... lo que pasa es que tiene sus días", emanado por el circunstancial amigo de Braca.





Brillante el Pollo, que encontró en Drigo a su nuevo socio ideal, a partir de la ausencia obligada de "vincent" Frías. 13 goles en 11 partidos enmarcan un campeonato bárbaro que, esperemos, se corone con un ascenso y, por qué no, el título.

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