En primer lugar, el damnificado que sufrió en carne propia la irracionalidad de la violencia y el desamparo que genera la inseguridad fue el árbitro del partido anterior al nuestro. Un par de fallos polémicos generaron polémica y levantaron la temperatura de un partido que ya venía bastante calentito de movida. Los pocos simpatizantes que se habian hecho presentes en el lugar indicado proferían un rosario de amenazas e insultos que envidiaría el mismísimo Jorge Corona. A medida que pasaban los minutos, la vida del veterano colegiado corría cada vez más peligro de ser como mínimo degollado por la enardecida turba. Para beneplácito de Pablo y de su fundación, fuerzas policiales concurrieron a la cancha 7 y escoltaron al árbitro a un lugar más seguro para su integridad (que para ese entonces podía ser La Cava a las 2 de la mañana). La "cruzada Pablo" recogió el guante y enseguida aprovechó el acontecimiento para continuar diseminando su programa contra la inseguridad. Estos fueron los afiches que empapelaron al rato Ciudad Universitaria por completo:
Al otro que se lo notó inseguro el domingo fue al Colombiano. El carismático jugador proveniente de Deportivo Pasto sufrió en carne propia el mal que azota al país y que parece estar actualmente residiendo en el campo de deportes de la UBA: la maldita inseguridad. Así lo relató nuestro arquero al finalizar el partido: "El segundo tiempo fue una locura. En ese arco no me sentía protegido: me tiraban de todos lados, me cascotearon todo, me dispararon de afuera de área. Incluso me clavaron 5 veces". Tranquilo Patrón. Tu problema no es tan grave. Se soluciona con la mano dura (¿O con un par de manos duras?).
-PD: los chistes al Patrón vienen a colación de que me quedaron picando todos los que tienen que ver con la MANO dura. Sin embargo, reivindico la tarea del tocayo del conductor televisivo. Fuerza er, con vos tenemos arquero hasta el 2010 (?).
1 comentario:
Hay que traer a la Gendarmeria...
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