-"Perdimos el sorteo".
La frase, pronunciada de boca del capitán instantes antes de comenzar el partido del domingo, me generó un sudor frío en la frente y espalda. Había que cambiarse la camiseta, y eso implicaba mucho más que lucir un pedazo de tela de otro color para cubrir el torso. Las casacas alternativas que brinda la UBA para casos de confundibilidad entre las oficiales, son una mala palabra para Rocamora. La historia así lo ha demostrado, con antecedentes que van de gris opaco hacia otras tonalidades más oscuras, especialmente en las últimas oportunidades en las que la remera azul y blanca volvió al cajón sin ser transpirada.
Braca ya lo había anticipado el viernes a la noche. Con ese amor por esa clase de detalles, imperceptibles para el observador mortal, que rara vez aportan datos significantes, había tirado la data: las camisetas eran iguales. Uno de los dos tendría, o bien que llevar una alternativa (imposible que alguien tenga) o bien someterse a cara o cruz, a suerte y verdad, en la ruleta rusa que representa una monedita girando repetidamente en el aire.
Por eso, cuando la sentencia negativa emanda de boca del colegiado quedó firme y apareció el pilón de remeras azules y celestes, los fantasmas volvieron aparecer. Sí, los fantasmas del 1-2 con Derecho FC, usando una remera símil a la de Holanda y luego de ir ganando en el primer tiempo, y los del también 1-2 contra X la Gente, con la casaca de Bordolino y, como no, ganando por la mínima en los primeros 45. Aquella historia, de las derrotas sin el manto blanco sagrado que apichona al más grande equipo y agranda hasta el infinito a quién la usa, asemejándolo a una escuadra imbatible, inclusive a un rejuntado de 11 aficionados como nosotros, quería renacer en la piel de esas deshilachadas camisetas.
Para colmo de males, ¿Con qué resultado nos encontró el descanso? 1 a 0 arriba. El peor resultado, el que revivía aún más las pesadillas del 2006.
Pero la taba se revirtió. Hubo 2 goles más, es cierto. Aunque no fueron de algún implacable 9 rival, sino que nacieron del guante zurdo de Peli, para redondear una goleada que rompe con las tradiciones y que acerca aún más el sueño de título, que parecía muy lejano a comienzos de año, pero que lentamente y a medida que se van derribando mitos, se empieza a visualizar con mayor claridad en el horizonte.
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