Sin embargo, no todas son flores en la carrera de este hincha del bicho. Siempre ha habido críticas respecto de su poco compromiso con el fútbol lírico y de sus posturas "conservatistas (?)", dignas de un fiel acólito chichesosista (?). Pero en el último tiempo, sus detractores han descubierto dos flancos más para dirigir sus dardos venenosos contra el hombre-rulo. Primero fue la supuesta yetez (?), avalada por hechos extraordinarios, como ser el que Bordolino esté por salir bicampeón luego de que Turquito haya abandonado el club. Miles de historias se han ido develando, acercadas por buscadores de 5 minutos de fama, que confirmarían la supuesta condición de piedra de nuestro hombre.
Y ahora, a la etiqueta de drapie, sus críticos han encontrado un nuevo talón de aquiles: a partir de una foto en cuero del 5 de Rocamora, en la que dos prominentes rollos sobresalían de sus costados, el periodismo le ha achacado lo mismo que a Ronaldo hasta hace un tiempo (¿O aún sigue estando gordito el astro del Milan?). Que está excedido de peso, que no sale a correr, que le gusta más una milanesa que una pelota... la acidez de los comentarios ha ido "in crescendo (?)" a lo largo del último semestre.
Y este último fin de semana, quiénes se sitúan en la vereda de enfrente de Turquito han encontrado un motivo más de mofa: Turquito rompió con los esquemas. ¿Con lo de una defensa cerrada, a partir de una habilitación milimétrica que nunca vimos pero que suponemos que alguna vez hará? No, con los de la cama de Braca. El viernes por la noche, al sentarse en el mueble con el que el Bracagol comparte sus sueños de gloria, hizo ceder por completo los sostenes de madera del mismo, en un hilarante episodio atribuido por todos a los kilitos de más que luce su cintura. La cama de Braca, que había resistido mil batallas (según el zurdo) dijo basta cuando la masa inerte de Turco se desplomó sobre uno de los extremos de la parte inferior, provocando la risa generalizada y más comida para las fieras.
Turquito está viviendo en carne propia el precio de la fama. Es el costo por vivir en una sociedad que no soporta al triunfador y que nivela para abajo. Y si no que lo diga la cama de Braca.
Rta: El "color" de los flotadores
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