Agarrás el suplemento de espectáculos y en las reseñas de los estrenos en el cine encontrás una película cuyo argumento es más o menos asi:
"Un director técnico de un equipo del interior, tiene que afrontar un partido trascendental por el campeonato. Justo en la semana previa sufre mil y un avatares, que desembocan en la pérdida de varios de sus jugadores titulares. En lugar de abatirse, llama por teléfono a su jugador estrella, que se encuentra a más de 1.200 kilómetros de distancia, y le reserva un pasaje en avión ese mismo día para que llegue a tiempo a disputar el match frente al puntero y gran candidato. A pesar de las inclemencias del clima (una insólita nube había cerrado el aeropuerto por un par de días), el joven futbolista llega justo a tiempo y, no sólo juega el partido, si no que lo gana de manera infartante 3-2 gracias a su desempeño notable, coronado por un tripleta. Al final del partido el entrenador y su hijo (claro, porque además es hijo del entrenador) se funden en un abrazo mientras el plantel los lleva a ambos en andas..."
Los comentarios más apropiados pueden ser:
- Uf, otra historia medio pelo yanqui. Todo estaba complicado, pero todo termina saliendo bien, y el muchachito de la película termina siendo más que Superman.
- Para viejo, se fueron a la mierda con esta historia. Este bolazo no se lo come nadie, por más de que afirmen que se trata de una historia real.
- ¡Qué malas que son las películas de fútbol! Desde Heroes que nadie hace algo como la gente.
- Qué poco creíble el personaje del técnico. Mirá si va a pagar un pasaje en avión para que alguien juegue un partido de un torneo amateur
Aunque les resulte increible, esta historia sucedió en verdad el último fin de semana. El fanatismo de don Carlos Freixas, un tipo realmente comprometido con su función, un romántico del fútbol, hizo posible esta heroica gesta. Su hijo Pedro viajó de apuro, clavó un hat-trik y volvió de tierras neuquinas cubierto de gloria en apenas unas cuantas horas.
Y después dicen que está todo inventado.
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